Pulp, Charles Bukowski

Publicada en 1994, poco antes de su muerte, la novela de Pulp, al igual que la mayoría de los escritos de Bukowski, está ambientada en Los Ángeles, y es una parodia de las denominadas “pulp fiction”, término que alude a los escritos de encuadernación en rútstica: baratas y de consumo popular.

El protagonista es el detective privado Nick Belane, al que muchas personas acuden, en un periodo muy breve de tiempo, a solicitar sus servicios.
La primera persona que le contrata es la señora Muerte, quien está profundamente convencida de que el escritor Louis Ferdinard, apodado Céline, quién se supone había muerto en 1961, sigue vivo.
Ella quiere encontrarle desesperadamente ya que no acepta que él escapase del “destino” que ella tenía planeado, poniéndole tras la pista de que Céline ha sido visto en una de las librerías más populares de la ciudad en busca de primeras ediciones de Faulkner.

John Barton también contrata sus servicios para buscar al “Gorrión Rojo”, personaje del que no le da ninguna pista, y cuya curiosa identidad se averiguara al final de la trama. Paralelamente acude a su despacho John Barton, quien sospecha que su mujer le es infiel cuándo él tiene que ausentarse de la ciudad por motivos laborales. Posteriormente todas las tramas van estableciendo conexiones entre sí, incluso cuando aparece un trabajador de una funeraria que está siendo supuestamente acosado sexual y sentimentalmente por una extraterrestre muy atractiva.
Aunque no considero que sea una de las mejores obras de Bukowski, es muy interesante ver cómo entrelaza las tramas de manera cómica y con la influencia de elementos sobrenaturales, llevando al límite su espíritu transgresor y su cinismo de manera atrevida. Debemos destacar que dedica la novela “A la mala escritura”, burlándose así de la escritura pobre y de los elementos que la hacen así, incluidos a sus lectores, viéndose siempre su característico “realismo sucio”.

“Todo el mundo estaba jodido. No había ganadores. Solo había ganadores aparentes. Todos íbamos detrás de un montón de nada. Día tras día. Sobrevivir parecía ser lo único necesario. Y eso no parecía suficiente”
“Me había quedado sin pilas. La existencia no solo era absurda, era un trabajo duro y nada más. Piensa en la cantidad de veces que uno se pone la ropa interior durante toda su vida. Era horrible, desagradable; era estúpido”

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