Ella pisó la luna, Belén Gopegui

Este escrito de Belén Gopegui es un texto de la conferencia impartida por la autora el 20 de Marzo de 2019 en el ciclo “Ni ellas musas ni ellos genios”, celebrado en el Caixa- Forum de Madrid.

En él, Belén Gopegui nos cuenta la interesante y complicada historia de su familia.
Sus padres se conocieron jugando en la calle, eran del mismo barrio y solo se llevaban tres años de diferencia, años más tarde, comienza su relación.
Ambos eran de clase acomodada y tuvieron la suerte de poder ir a la universidad. Él estudia físicas y ella, Margarita Durán, quería estudiar medicina. Sin embargo su familia se opone por la realidad social de la época y decide estudiar enfermería.
El padre de Belén tiene éxito después de doctorarse, trabaja en prestigiosas universidades y posteriormente en la NASA.

Margarita Durán se encarga de sus hijas, especialmente cuando llega al mundo su hija Miriam, que padece parálisis cerebral. En ese momento, Margarita decide dedicarse por completo a el cuidado de su hija, consiguiendo que los siete años de vida que se habían previsto para la niña, se conviertan en 27, demostrando una gran entereza, ternura y tesón en su labor.
Además, Marga ayuda a otras madres del barrio cuyos hijos tienen problemas similares, intentando ser de ayuda con las cosas que ella ya ha aprendido.

Tras el duelo que sufrió después de la muerte de su hija Miriam, Marga dedica su tiempo a trabajar incansablemente en Amnistía Internacional, fundamentalmente en la cuestión argentina, ya que tiene familia proveniente de este lugar.
Margarita hizo numerosos viajes para recopilar información sobre los desaparecidos españoles en Argentina, tratando de luchar contra la impunidad, da numerosas conferencias y charlas en ayuntamientos y asociaciones, en ocasiones de manera extraoficial.
Llegando a conseguir que el juez encargado de los procesos contra Videla y Pinochet en España no los abandonará en las épocas mas complicadas, cuándo se le preguntó por qué, este respondió: “ una mujer no paraba de enviarme faxes con documentación día tras día, mes tras mes, añadiendo nuevos datos, insistiendo en la importancia de seguir”.

En mi opinión, Margarita Durán tiene un gran valor histórico, al igual que muchas mujeres desconocidas de la época, que, incluso con la escasez de recuerdos y autoridad que podían tener, llegaron a hacer grandes cosas superando las adversidades. Este libro pone en valor el destino de dichas mujeres, destinos que no llegaron a cumplirse simplemente por el hecho de serlo. Por lo tanto, debemos poner en tela de juicio las historias de la época, y, como dice la autora, preguntar sobre su vida a nuestras madres y abuelas mientras nos sea posible, es la única manera de que sus esfuerzos no caigan en saco roto.


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